26-10-04

Nadie sabe que estamos aquí.

Nadie sabe lo que estamos haciendo.

Dios mío... ¿qué estamos haciendo?

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Recuerdo su camiseta de Green Day, y la colcha azul que cubría su cama. Recuerdo la acera mojada y el aire frío de octubre, colándose entre el tejido poroso de mi vestido naranja. Recuerdo la atmósfera densa y cálida de su casa, impregnada de su inconfundible olor.

Tal vez fuera extraño; algunos incluso se atreverían a decir que fue traumático, ¿pero qué importa?

Deseaba creer que lo que había entre nosotros era lo único real.

Ahora sé que no me equivocaba.