Hoy, homenaje a algo más que una canción.
Llevo horas sin quitármela de la cabeza.
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Al fin estoy escuchando un disco que llevaba años destinado a ser mío: ah, The Golden Age Of Grotesque...
Recuerdo claramente mi primer encuentro con Marilyn. Yo era sólo un estudiante de 3º de ESO que acababa de cumplir los 15 años y seguia siendo virgen e impresionable. Por aquel entonces, dedicábamos las clases de música a hacer audiciones. Por grupos, debíamos traer a clase una canción que hubiéramos estudiado, explicarla y ponerla para que el resto de la clase pudiera oírla.
Ah, sí... todo fue culpa de mi buen amigo Carlitos. Todavía recuerdo su risa nerviosa y la cara de asco de mi profesora de música cuando pronunció con cierta dificultad y en voz alta aquellas palabras "... la canción se llama This Is The New Shit y es del álbum The Golden Age Of Grotesque."
Esa canción estaba maldita. Aquel riff hipnótico me atraía de una forma malsana. Intenataba resistirme pero... aquella voz - la rasposa voz de Marilyn recitando mecánicamente su "Babble, Babble, Bitch, Bitch, Rebel, Rebel, Party, Party, Sex, sex, sex, and don't forget the violence..."; la recuerdo recorriendo mi cuerpo, penetrando en mi mente... aquello no podía ser bueno de ninguna manera. Esa no era una canción normal. Era tan densa que casi podía tocarla. Era sucia. Era aberrante.
Con la excusa del tiempo, la profesora ni siquiera le dejó sonar hasta el final. La música había terminado, pero yo seguía sintiéndola en mi cabeza. Todavía notaba esa jodida voz en mi mente, apoderándose de cada centímetro de mí que podía encontrar; corrompiéndolo. Marilyn me había arrastrado a su aberrante mundo, y no sabía si me había gustado o si iba a morir de asco en aquel mismo momento.
Pasé días sin conseguir librarme de aquella suciedad. Cerraba los ojos y seguía notando todos los lugares por los que su voz se había abierto camino. Pensara en lo que pensara, su imagen aparecía en mi mente, día tras día, noche tras noche. Al muy bastardo no le había bastado con penetrar en mi mente - me había poseido. Llegué a odiarlo por hacerme eso.
Más tarde, las cosas se calmaron. Su imagen se desvaneció y me conformé con la idea de que todo aquello no me había afectado en absoluto. Con el tiempo, mi odio se suavizó y empecé a ver a Marilyn como un tipo sensato que decia cosas inteligentes.
Recuerdo que a menudo me topaba con sus discos en las tiendas y no podía evitar quedarme a observarlos durante un rato. Esas portadas, esos discos repletos de canciones malditas me asustaban, pero a la vez me atraían. Los veía como discos prohibidos. Debían estarlo. Apenas tenía valor para tocarlos. Temía que volviera a ocurrirme lo de la primera vez, aunque ¿no era eso lo que estaba buscando en realidad? Aun no lo sabía.
Entonces ocurrió algo gracioso. Una tarde de verano, explorando la lista de usuarios de un foro en el que apenas había llegado a postear, me topé con otro usuario que llevaba la cifra record de 0 posts. No habría tenido nada de especial si en el apartado "Aficiones" de su perfil no hubiera puesto las palabras malditas: "Babble, Babble, Bitch, Bitch, Rebel, Rebel, Party, Party, Sex, sex, sex and don't forget the violence...". Habían pasado meses desde el día que oí aquella cancion por primera vez, pero seguía recordando perfectamente ese mantra mansoniano. Esas palabras habían quedado grabadas a fuego en mi interior. No pude resistir la curiosidad y agregué a aquella extraña criatura a mi lista de contactos.
... Y así conocí a Transon xD
Todo eso ocurrió años antes de que comprara mi primer disco de Marilyn, cuya historia completa os contaré otro día (aunque podéis encontrar parte de ella relatada a tiempo presente en mi fotolog, por diciembre o enero, mas o menos). Como véis, estoy muy íntimamente ligad@ a esta canción xD
¡Ahora, uníos a los mansonitas, malditos infieles! xD